viernes, 26 de abril de 2013

EL PAPEL DEL AULA Y LA TRANSFORMACIÓN DEL INDIVIDUO

RELATORIA I

A menudo se piensa que la escuela es un lugar con bancos, aulas y personas que deben concurrir a ella sin razón alguna o en una forma no voluntaria, como cualquier otro club o institución, sin embargo esta cumple un papel fundamental en la vida de las personas.La escuela se caracteriza por ser el lugar en el que la sociedad ha depositado su confianza para formar sus miembros en cuanto a identificar e interpretar los contenidos de la cultura y producir nuevos saberes. La escuela constituye un lugar donde interaccionan docentes, alumnos, padres,directores, secretarios, etc., es decir que compone una verdadera red de comunicación. Esta es la característica diferenciadora entre la escuela y cualquier otra institución.

La escuela es una especie de arena social; es decir, es el escenario donde se puede contemplar la relación de diferentes fuerzas sociales que intentan validar suposiciones distintas, a menudo contradictorias, socializándolas en el sentido de que se inculcan en una cultura predeterminada de saber y prácticas educativas. Se trata de maneras diferentes de pensar que se evidencian en formas de hablar y relacionar temas distintos. Según Lemke en el aula siempre se entretejen más de un patrón semántico dentro del diálogo. Se da un patrón científico estándar de relaciones de significado, generalmente implícito en el habla del profesor y uno o más patrones alternativos de los alumnos. A veces éstos son producto del sentido común y del lenguaje cotidiano, y a veces el resultado híbrido del sentido común y de las experiencias pasadas de aprendizaje o aprendizaje equívoco de los alumnos.

De esta forma se pretende desarrollar los llamados conceptos científicos, que para poder ser efectivos, requieren de la elaboración y reelaboración de su significado, resaltando con ello la importancia de que sean compartidos. De esta manera, se logran tres cosas: por un lado, que una de las interpretaciones se imponga; por otro, que la visión del mundo que implica sea compartida socialmente y, finalmente, que tal visión no sea externa y ajena a las personas sino que éstas se la apropien.

De esta manera, se contempla el aprendizaje, como  la construcción del conocimiento en la escuela, es en realidad una construcción claramente orientada a compartir significados,   mientras que la enseñanza es el conjunto de actividades mediante las cuales se pretende que el profesor y los alumnos lleguen a compartir parcelas progresivamente más amplias de significados respecto de los contenidos
del currículo escolar.

En el aula de clase se expresan dos tipos de conflictos: en el primero, el profesor como representante de una cultura y de un poder que se enfrenta al alumno como representante de los  valores de la comunidad; el segundo es el conflicto generacional en donde el adulto busca imponer su cultura a la cultura de los jóvenes.

Los contenidos académicos definen los límites de lo válidamente cognoscible a partir de la experiencia escolar, y en esa medida  se autoriza y se define lo que es el mundo para el sujeto. Por otro lado, el niño se encuentra ante el conocimiento de una nueva lengua y todo lo que esto lleva en sí,  a conocer una lengua implica saber decir el concepto apropiado en el estilo adecuado, el tiempo y lugar correctos. Implica un conocimiento complejo de cómo decir qué, a quién, cuándo y dónde.

Aunque un niño haya adquirido lo esencial de un sistema gramatical amplio y complejo a la edad en que empieza a ir al colegio, seguirá adquiriendo el sistema sociolingüístico hasta bien entrado en la adolescencia o incluso más tarde. En las conversaciones dentro del salón de clase el lenguaje es usado de acuerdo con los intereses y metas de los hablantes, que pueden no ser comunes y divergir en interpretaciones. Por medio de las actividades del maestro y su exigencia de que la persona domine los contenidos curriculares y formas específicas del lenguaje para con ellas manejar valores socialmente respetados, es que se puede llegar a compartirlos.
 
De acuerdo con las funciones de la escuela  se exige que el papel del maestro sea el de ayudar a que el estudiante comprenda lo que se le dice y que desarrolle habilidades analíticas. Existe una amplia variedad de formas por medio de las cuales el maestro se asegura el control y guía de las interpretaciones, las cuales son:

Por regla se puede afirmar que la escuela no parte de lo que el niño sabe hace,r sino de aquello que presupone que el niño debe saber y valorar.

Si bien el conocimiento es presentado de forma relativa indicando que es una forma de hacer las cosas o de pensarlas, en la práctica sólo se privilegia y valora una de ellas, a la que se tilda de científica y veraz, siendo que las otras, el conocimiento cotidiano, los saberes implícitos, no son mencionadas o cuando se mencionan se les menosprecia.

Se pretende que el conocimiento sea significativo para el niño y que él lo construya, pero al fi nal de cuentas por medio de la validación, transformación y aceptación que de él haga el maestro, culmina por ser subordinado a la visión imperante del mundo.

El conocimiento es presentado como neutro y objetivo, ajeno a intereses personales o sociales y “útil” para todos. Se destaca al sujeto en relación con la situación.

A través de las conversaciones con padres, profesores y otros ‘guías’, adquirimos formas de utilización del lenguaje que pueden reorganizar nuestros pensamientos. El lenguaje es algo que adquirimos al crecer en compañía de otros, y que lleva en sí mismo el conocimiento cultural de una comunidad. Pero el lenguaje no conlleva o representa sólo el conocimiento de nuestra cultura; la forma que tenemos de hablar y de escribir es en sí misma parte de ese conocimiento cultural.

Al utilizar el lenguaje para aprender, podemos cambiar el lenguaje que utilizamos. Por esta razón un análisis del proceso de enseñanza y aprendizaje, de construcción de conocimiento, tiene que ser una análisis de la utilización del lenguaje.

Se pueden considerar los conocimientos que se transmiten en la enseñanza básica una proposición de la cultura en el lenguaje y en los comportamientos, y a través de ellos; ésta se encuentra tanto en lo que se dice y se hace como en lo que se calla y se niega. Así, aquello que a lo largo de la enseñanza  escolarizada es presentado como resultado de acuerdos, negociaciones y consensos, no pasa de ser una mera apariencia, pues el debate real no   existe ya que el alumno debe ajustarse a lo que el maestro desea. Imposición de formas de interpretar y de ver al mundo.

La información se puede acumular, pero el conocimiento y la comprensión sólo se generan trabajando con la información, seleccionándola, organizándola y discutiendo su importancia. Sin duda alguna, en el proceso de enseñanza aprendizaje  se debe dar  lugar a la reflexión y la metacognición.



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RELATORIA II

La escuela no es un espacio donde se da el proceso pasivo de enseñanza-aprendizaje, sino un espacio de prácticas educativas específicas, en donde se dan la lucha y la negociación de intereses. La construcción del conocimiento en la escuela está orientada a compartir significados.

La escuela  es la transmisión de saberes que, muy a pesar de algunos teóricos, incluye conocimientos que no se mantienen aislados, sino que son permeados por la vida social, el sentido común y la corriente, y que se expresa en actitudes, como cuando el profesor se asume como el formador moral de en términos de comportamiento, en lo explícito, la escuela impone formas específicas como la obediencia, el portar uniformes, libros y útiles que pida el profesor. De igual forma, se enfatiza el horario, por lo que la actividad educativa se desvincula de otras actividades, como la lectura libre y el tiempo libre recreativo personal estas formas de respeto muestran (revelando u ocultando) la estructura social, que tiene su base en la conformación arte e ideal de una sociedad. Así, en la escuela coexisten distintas concepciones sociales, unas celebradas en las prácticas sociales, otras atentando contra ellas desde el interior de las mismas prácticas las concepciones acerca del mundo social que se transmiten en las escuelas son varias.

la escuela no es un espacio donde se da el proceso de enseñanza-aprendizaje pasivo, en el que el maestro realiza una función docente y los alumnos son receptores pasivos, sino que es un espacio de prácticas educativas específicas, en donde se da lucha, confrontación y negociaciones de intereses presentados por el maestro entrando al espacio social de las comprensiones compartidas, donde puede ser nuevamente transformado con las intervenciones de los alumnos, quienes pueden aportar nuevos matices y elementos el escenario donde se puede contemplar la relación de diferentes fuerzas sociales que intentan validar suposiciones distintas, a menudo contradictorias, socializándolas en el sentido de que se inculcan  en una cultura predeterminada de saber y prácticas educativas la necesidad de una nueva concepción del habla en el salón.

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